Un planeta sin contaminación por plásticos” fue el tema elegido por la ONU para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente 2018, haciendo un llamado para que enfrentemos unidos uno de los desafíos ambientales más importantes de nuestro tiempo. Si bien el Día Mundial del Medio Ambiente se celebró semanas atrás (el 5 de junio), seguimos en una cruzada mundial para que todos tomemos acción y reflexionemos sobre la situación en nuestros países y ciudades. Según datos de Naciones Unidas, en el mundo se compran 1 millón de botellas plásticas cada minuto; y al año se utilizan 5.000 millones de bolsas plásticas desechables. Y para colmo de males, el 50% de los productos plásticos se utilizan una sola vez.
El excesivo uso de productos plásticos así como la generación de basura no es algo que se solucionará de la noche a la mañana, es un tema de (mala) educación que debe ser intervenido en las escuelas desde el nivel inicial hacia adelante, en procura de generar hábitos de consumo responsables y medioambientalmente sostenibles.
Bajo esta misma perspectiva, la Ley 755 de Gestión Integral de Residuos Sólidos señala que se debe “prevenir para reducir la generación de residuos; maximizar el aprovechamiento de los residuos; y minimizar la disposición final de los residuos, restringiendo en lo posible aquellos desechos no aprovechables”. De igual manera, con la Resolución Administrativa 010 de 2010, el Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz resolvió sustituir paulatinamente las bolsas de plástico o de material no biodegradable por bolsas de tela, cartón u otros productos biodegradables.
Estas y otras normas buscan proteger el medioambiente, pero la incapacidad estatal para hacer cumplir las leyes, la comodidad de las personas, el poco conocimiento y la escasa conciencia ambiental dan lugar a una excesiva generación de basura, que está ahogando a las ciudades del país. Y para colmo de males, no estamos adquiriendo conciencia respecto a las repercusiones de este gran problema. Si bien esta reflexión se relaciona con la reducción del consumo de plástico en particular y de la basura en general, debería desarrollarse más bien en torno a la manera de impulsar entre la población un consumo más responsable.
Debemos dejar de ser espectadores y convertirnos en actores de este drama que vive nuestro planeta, aportando como ciudadanos para garantizar su supervivencia. Me pregunto si todas las decisiones sobre el medio ambiente y nuestra salud necesitan de leyes o normas. ¿El evitar usar plásticos no debería ser parte de nuestra conducta?
Columna Verde publicada en La Razón: http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/SinPlasticos_0_3012898682.html
Karina Sauma
Directora de Comunicación – Fundación Amigos de la Naturaleza